Asphyxia es un video-performance nacido del intento de experimentar a través del cuerpo y los sentidos el mundo interior y oculto de los plásticos. Nos desafía a respirar al mismo ritmo que un planeta que se asfixia lentamente. Un rincón urbano se convierte en un confesionario. Buscamos formas generadas por el plástico camaleónico y tratamos de respirar con él, a través de él. ¿Cómo respira el plástico? El plástico no eligió aparecer entre nosotros, al igual que ninguno de nosotros elige nacer con una forma que la sociedad rechace o acepte. El plástico “todo culpable” nos recuerda las cosas que queremos olvidar o descartar: consecuencias, responsabilidad. Proyectamos sobre ella toda nuestra “basura” (física, moral, social) acumulada a lo largo de los años. El plástico expone nuestras vulnerabilidades colectivas. A través de este experimento visual y corpóreo llamamos la atención sobre los efectos de los residuos plásticos y el consumismo irresponsable, sobre los seres humanos y la naturaleza.