Conversaciones con Ai WeiWei
Autor: Hans Ulrich Obrist
Editorial: Gustavo Gili (GG)
Uno de los artistas contemporáneos más polémicos y controversiales del siglo XXI, arquitecto, comisario, editor, poeta y urbanista a Ai Weiwei se le ama o se le odia dentro del circuito del arte, es uno de los artistas contemporáneos que ha vivido la transición de la emergencia del arte vanguardista en China, a finales de la década de los setenta del pasado siglo, a la plena consolidación del arte experimental chino en el mercado y en el circuito expositivo internacional. Asimismo, actualmente, es el creador con mayor proyección dentro y fuera de China, destacando especialmente por su prolífica, heterogénea, comprometida y polémica producción artística. Fue detenido en el año 2011 en el aeropuerto de Pekín al tomar un vuelo hacia Alemania y encarcelado por ochenta días, bajo el pretexto de evasión de impuestos que en realidad tenía que ver con sus actividades artísticas en la red denunciando diversas injusticias y con una supuesta campaña de represión contra la disidencia por parte del régimen chino.
En esta serie de entrevistas mantenidas con el comisario Hans Ulrich Obrist a lo largo de varios años, Ai Weiwei desvela el sinfín de influencias que han nutrido su obra y reflexiona sobre las múltiples dimensiones con las que se ha configurado su vida artística, desde la cerámica o los blogs, hasta la naturaleza, la filosofía o su faceta más conocida como activista político contra el gobierno de China. Un pequeño volumen de conversaciones extraordinarias que arrojan excepcional luz sobre la complejidad de la obra y el pensamiento de Ai Weiwei y se convierten, al mismo tiempo, en recordatorio crucial de la necesidad de libertad personal, política y artística de esta figura clave de la escena artística contemporánea. Esta atracción por la subversión y por la imagen de artista politizado, sea dicho estereotipo construido por el propio artista o bien “otorgado” por los medios y el circuito del arte, conlleva una amplia cobertura mediática y un activo seguimiento de su detención, su liberación y de sus producciones artísticas.
Esta fascinación por el “personaje” de Ai Weiwei y sus propuestas irreverentes no se puede desvincular de la atracción por el efectismo propio de las estrategias del marketing que son utilizadas frecuentemente en los medios de comunicación y, también, en los centros museísticos. Pues hay que tener presente que la revista Art Review ubica a Ai Weiwei entre los primeros de la lista de las personas más “poderosas e influyentes” del mundo del arte.
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